Hay tiempos que clamamos a Dios y parece que él está distraído en otras cosas mas interesantes, esos tiempos en que oramos por milagros y no hay milagros… porque no es tiempo de milagros, entonces qué?
Dios nos ordena esforzarnos, pero ¿cómo lo hacemos?
Cuando el maná deja de caer y no es tiempo de milagros.
Cuando es tiempo de esfuerzo
El desierto había sido un período de formación, de cambios; un tiempo en el cual el pueblo reconoció la miseria de su corazón y la debilidad de su confianza en Dios.
…Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Deuteronomio 8:2
Pero el tiempo del desierto estaba llegando a su fin. Una tribu y media ya había decidido, mal decidido, quedarse de este lado del Jordán, el resto de Israel estaban por entrar a la tierra prometida.
Ya era el tiempo, así que vuelven a celebrar la pascua.
Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua a los catorce días del mes, por la tarde, en los llanos de Jericó. Josué 5:10
Estaban viviendo la completa liberación, eran libres y estaban llegando a la Tierra Prometida.
Pero al día siguiente se despertaron con una gran sorpresa.
Y el maná cesó el día siguiente, desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra; y los hijos de Israel nunca más tuvieron maná, sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año. Josué 5:12
Ya no había más maná. Dios había dejado de enviar maná, y ya nunca más tendrían maná.
¿Cuándo había comenzado el maná?
Y toda la congregación de los hijos de Israel murmuró contra Moisés y Aarón en el desierto; y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud. Éxodo 16:2 y 3
Todos habían murmurado: aún no habían sentido el hambre cuando ya estaban murmurando, ya se estaban anticipando a su necesidad. Venían de cantar y pasaron a quejarse.
Eligieron los recuerdos: cuando nos sentábamos a las ollas de carne. Ellos habían pasado muchísimo trabajo, muchos sacrificios… perdieron de vista la promesa de Dios y ni sabían cuál sería el próximo paso de Dios cuando ya se estaban quejando.
Pero cuando dejó de caer el maná, cuando aún no tenían su propio hogar, cuando no sabían qué pasaría ahora, luego de tanto aprendizaje en el desierto, por fin habían dejado de quejarse.
Lo común por 40 años desaparece, lo que los sustentó por 40 años, deja de estar… y llega el tiempo en donde la única opción vuelve a ser avanzar y trabajar por tu futuro.
Hay un tiempo en que tenemos que comenzar a crecer y madurar dejando atrás las dudas, las rendiciones. Es el tiempo en donde comienza la obediencia a ciegas.
Es tiempo en donde comienzan nuevas cosas y nuevos esfuerzos.
Como todas las cosas buenas de la vida, a nadie le gusta que se terminen, pero por primera vez, el pueblo estaba entendiendo que cualquier cosa que está en la voluntad de Dios, eso es lo mejor que nos puede suceder.
Hay momentos en la vida en que Dios no nos dará milagros, hay momentos en nuestra vida que Dios espera nuestro esfuerzo.
Si falta el milagro, es tiempo de esforzarse.
Es nuestro tiempo de esforzarnos.
Si es tiempo de esforzarnos, Dios nos dará la gracia y la fortaleza para lograrlo.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Contancia, Esfuerzo, Israel, Josué, Maná, Milagros
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