La Biblia y la biología afirman que todos descendemos del mismo hombre y la misma mujer, por lo tanto todos conformamos una sola raza, la raza humana.
Una raza humana donde podemos encontrar algunas diferencias en tonos de piel entre unos y otros. ¿Cómo es esto posible si todos tenemos el mismo antepasado?
Lo que le da el color a nuestra piel es un pigmento llamado “melanina”. Todos tenemos el mismo color de piel, el de la “melanina”, la diferencia está dada por la cantidad de melanina presente en la piel de cada uno.
La melanina se presenta en dos formas principales, eumelanina que da los colores del café al café oscuro, y la feomelanina que da los colores del rojo al amarillo. La cantidad de una y otra es la que da el color de piel.
¿Por qué puede predominar una u otra?
Ahí interviene el lugar donde vive cada grupo humano.
La eumelanina predomina en las personas que viven en regiones como el ecuador porque la piel oscura las protege de la luz solar intensa reduciendo las posibilidades de que se formen enfermedades como el cáncer en la piel.
La feomelanina predomina en las personas que viven en regiones donde hay menos luz solar. Estas personas necesitan una piel clara para producir más vitamina D.
Al transmitirse de padres a hijos estas características favorables a cada región, se va reduciendo la variabilidad genética en las poblaciones dando a lugar que las personas de piel oscura, normalmente, tengan hijos de piel oscura; y las personas de piel clara, tengan hijos de piel clara.
En tanto que hay un mayor rango de tonos de piel en los hijos de las personas con una piel en los tonos medios de la melanina pues en los tonos medios de melanina se ha mantenido más variabilidad genética.