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Dios y los votos, promesas y juramentos.

¿Has hecho muchas promesas que no has “podido cumplir”? ¿Te han hecho muchas promesas que no te han “querido cumplir”?

Dios no deja nada librado al azar, Él ha establecido cómo debe regularse la vida para que seamos justos en nuestro trato con el prójimo y rectos ante sus ojos.

Es así que pasa a tratar el tema de los votos, de las promesas, de los juramentos.

Números 30

Al tratar este tema, Dios no sólo quiere que seamos conscientes de nuestros derechos, sino también de nuestros deberes y responsabilidades.

Ante los ojos de Dios, una promesa en inviolable. Por eso es su advertencia de tener mucho cuidado antes de prometer.

Quien promete, es ante los ojos de Dios, responsable de cumplir esa promesa. Ante los ojos de Dios no se pueden romper las promesas.

Y nosotros para exigir que se nos cumpla lo prometido, consideramos que las promesas son inviolables, pero a la hora de cumplir lo que prometimos, consideramos que las circunstancias nos impidieron cumplirlas.

¿Cómo son las promesas y los votos delante de Dios?

Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca. Números 30:2

Dios nos hace responsables de cada una de las promesas que le hemos hecho.

Los cristianos solemos prometer muchas cosas a Dios en medio de las emociones. Prometemos sin pensar.

Cada “Señor, yo voy a…” está en la memoria de Dios y está esperando que vos y yo lo cumplamos.

Lo tremendo es que Dios nunca nos pide que le prometamos algo, sólo nos pide obediencia, pero nosotros creemos que a base de promesas, vamos a doblar su voluntad a nuestro favor, que vamos a torcer su brazo, que vamos a comprar su bendición.

Y lo único que conseguimos es que nuestros labios nos endeuden con Él cada vez más.

Nunca, pero nunca, incentives a alguien a hacerle promesas a Dios, sólo anímales a aceptar a Jesús como Salvador y a obedecerle. No despiertes sus emociones para comprometerlos con promesas que no cumplirán.

Un corazón sin obediencia está imposibilitado a cumplir promesas.

Individualmente, cada uno de nosotros somos responsables delante de Dios de las promesas que le hacemos a Él.

Socialmente, en algunas situaciones, las promesas son responsabilidades compartidas.

Mas la mujer, cuando hiciere voto a Jehová, y se ligare con obligación en casa de su padre, en su juventud; si su padre oyere su voto, y la obligación con que ligó su alma, y su padre callare a ello, todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación con que hubiere ligado su alma, firme será. Números 30:3-4

Socialmente, en algunos casos, las promesas de las mujeres son responsabilidades compartidas.

Cuando una mujer es soltera y su padre la oye hacer promesas o dar su palabra de que hará tal o cual cosa, si su padre no dice: “Mira que yo no me hago responsable de lo que ella dice”, su padre es responsable de hacerle cumplir esa promesa.

Pongamos ejemplos:                                       

Una muchacha se compromete delante del padre que va a limpiar el patio de los vecinos  mientras ellos no estén, su padre es responsable de que ella lo haga. O la envía todos los días a hacerlo, o lo hace él en lugar de ella.

Un papá oye como su hija le promete a un muchacho que no lo engañará, su papá es responsable ante ese muchacho de que su hija no lo engañe, por lo tanto, cuidará que no esté pasándole whatsapp a otro a escondidas y si la descubre, la castigará y él será el primero en decirle al muchacho: “Mira, descubrí a la gurisa engañándote”

Un papá sabe que su hija va a pedir fiado algo que no tiene con qué pagar, si el papá no le avisa al comerciante antes, él será el responsable de pagarlo.

Y podemos seguir poniendo ejemplos.

Seguir leyendo…

Y no habla de edades la Biblia, está hablando de condiciones, en cuanto a las hijas, las solteras, las que están bajo tu cuidado en tu casa.

Así que, ni bien oigas el compromiso en el que se quiere meter tu hija, si sabes que no lo cumplirá, dile: “No, hija, eso no” y a quienes ella les hacía la promesa, diles: “No, ella no tiene mi autorización para eso y si me desobedece y aún así lo hace, yo no soy responsable de nada”.

Otro caso en el cual las promesas de las mujeres son responsabilidad compartida es en las promesas de las esposas.

Pero si fuere casada e hiciere votos, o pronunciare de sus labios cosa con que obligue su alma; si su marido lo oyere, y cuando lo oyere callare a ello, los votos de ella serán firmes, y la obligación con que ligó su alma, firme será. Pero si cuando su marido lo oyó, le vedó, entonces el voto que ella hizo, y lo que pronunció de sus labios con que ligó su alma, será nulo; y Jehová la perdonará. Números 30:6-8

Cuando una mujer es casada y su esposo la oye hacer promesas o dar su palabra de que hará tal o cual cosa, si su esposo no dice: “Mira que yo no me hago responsable de lo que ella dice”, su esposo es responsable de hacerle cumplir esa promesa.

Pongamos ejemplos:

Si una mujer promete hacer tal o cual actividad en la Iglesia y su esposo está oyendo lo que ella promete, el esposo debe enviarla ese día, a esa hora para que cumpla con la actividad o venir él en su lugar.

Si una mujer compra algo y su esposo es consciente de que lo comprará, si no le advierte al comerciante que ella no tiene cómo pagarlo, él será responsable de pagar todo lo que ella compre si ella no lo pagó.

Pero todo voto de viuda o repudiada, con que ligare su alma, será firme. Números 30:9

Una viuda, una divorciada, una madre soltera, una mujer que vive sola, es responsable de sus propios actos, de sus propias promesas, de sus propios compromisos. Nadie más que ella.

¿Nos queda claro cómo entiende la vida Dios?

¿Por qué Dios aclara todo esto?

Para que nos quede claro quiénes son responsables ante sus ojos.

Dios espera que cada uno de nosotros seamos responsables en cumplir nuestras promesas.

Si oís que en tu casa alguien promete algo que no podrá cumplir, sé prudente delante de los ojos de Dios, adviértele al otro que es imposible que le cumplan. Hazlo antes de que todos queden envueltos en los lazos de las promesas y termines siendo tú el responsable de pagar todos los platos rotos, y no me refiero con esto sólo a pagar con dinero, sino reputación, confianza…

Si no las oíste, si no te enteraste, padre, esposo, delante de los ojos de Dios no eres responsable, la responsabilidad es de tu hija, de tu esposa…

Dios  cumple sus promesas, Él es fiel, Él es confiable.

Nosotros somos sus representantes en la tierra. Debemos cumplir nuestras promesas. Debemos ser fieles, debemos ser confiables.

No cumplir con nuestras promesas, con lo que nos hemos comprometido es pecado. Todo el capítulo lo deja claro.

Si no encuentras que Dios cumpla promesas en tu vida, fíjate cuántas promesas tienes sin cumplir.

Esta predicación o mensaje trata sobre: Promesas, juramentos, votos, responsabilidades, padre, esposo, lengua, vida cristiana

– – – – – IMPORTANTE – – – – –

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