¿Alguna vez te preguntaste porqué Dios, que condena la idolatría, hizo levantar una serpiente de bronce en el desierto para que el pueblo no muriera? El significado de la serpiente de bronce…
Aarón también muere en el desierto, antes de entrar a la tierra prometida, y el pueblo hace duelo por 30 días por él. Pero la muerte de Aarón nos deja una reflexión más.
Y Jehová habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en la frontera de la tierra de Edom, diciendo: Aarón será reunido a su pueblo, pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de la rencilla. Números 20:23-24
Después de 40 años de servicio en el desierto, Aarón no podría gozar de la bendición de entrar a la tierra prometida. Así son muchos cristianos, con tantas rebeliones en sus vidas que no pueden gozar las bendiciones en la tierra.
Luego del duelo, el pueblo reinicia la marcha, el tiempo de vagar ha terminado. Debes dejar de vagar dentro de tus rebeliones, es tiempo de comenzar a avanzar en la obediencia.
Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros. Entonces Israel hizo voto a Jehová, y dijo: Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. Y Jehová escuchó la voz de Israel, y entregó al cananeo, los destruyó a ellos y a sus ciudades; y llamó el nombre de aquel lugar Horma. Números 21:1-3
Después de tanto vagar en el desierto, obtienen su primera victoria. Pero para seguir avanzando, deben tomar una ruta tortuosa para rodear la tierra de Edom, a la cual el rey no les permitía entrar allí, y esa ruta los desanima.
Cada vez que Israel se desanima, se queja. Y esta vez no fue la excepción.
Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano. Números 21:5
El maná era un pan que además de sabroso, tenía todos los nutrientes necesarios para vivir y caminar por el desierto y no producía ningún tipo de indigestión, por eso lo sentían tan liviano.
Si prestamos atención, el alma del pueblo es la que aborrece lo que Dios da. No es que el paladar está cansado de comer lo mismo. Es el alma que está cansada de lo que Dios da.
Así somos muchas veces los cristianos, nos quejamos de las cosas buenas que Dios nos da porque anhelamos otras, otras que no están en su propósito. Y nos olvidamos que todo lo que recibimos es gracia inmerecida.
La respuesta de Dios es otra vez un castigo.
Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel. Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo. Números 21:6-7
Al ver el castigo de Dios, el pueblo se reconoce pecador. Reconocer nuestros pecados es el único modo en que Dios comience a obrar en nuestras vidas.
Seguir leyendo…El pueblo había despreciado lo bueno que Dios les había dado y ahora eran atacados por serpientes.
Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía. Números 21:8-9
Y este es uno de los pasajes de la Biblia que muchos no entienden y que los que adoran imágenes usan para sostener sus falsos cultos.
¿Por qué Dios mandó hacer una serpiente de bronce y ponerla en un palo o una cruz?
Esta serpiente es prefigura de la obra redentora de Jesús en la cruz.
La serpiente de bronce fue hecha para aquellas personas que habían sido mordidas por las serpientes ardientes, esto nos recuerda que no hay nada bueno en aquellos que llegamos a la salvación, estamos muertos en nuestros delitos y pecados y sólo Dios puede proveer el modo de que el hombre sea salvo.
Los que se salvarían mirando a la serpiente de bronce serían aquellos que se reconocieran contaminados por el veneno. Para los que Dios provee salvación es para aquellos que se reconocen contaminados con el pecado. Dios no tiene un modo de salvar a aquellos que se consideran buenos o muy buenos.
Hoy a muchos que les gusta llamarse “cristianos”, son personas que no están dispuestas a reconocer sus propios pecados y que además les gusta jugar con el pecado. Eso es tan insólito como querer jugar con serpientes ardientes, pero es lo que muchos acostumbran a hacer.
Otra de las cosas que enseña este pasaje es que “cualquiera” que hubiese sido mordido, sin importar si había ocurrido hacía un instante o ya agonizaba, mientras estaba con vida, podía obtener la salvación, inmediatamente la obtenía.
¿Por qué una serpiente de bronce? Era una serpiente pero no tenía veneno. Jesús fue muerto por nuestros pecados y no tenía pecado.
La salvación que proveía la serpiente de bronce era individual, era para el que mirara. La salvación que provee Jesús es individual, es para el que reconoce sus pecados y pide perdón para apartarse de la maldad.
Y esa serpiente de bronce era el único antídoto al veneno de las serpientes ardientes. La salvación provista por Jesús es el único antídoto para la eternidad en el infierno. ¿Qué hizo Moisés para que el pueblo fuera sanado? Sólo hizo lo que Dios le mandó. ¿Qué debe hacer la iglesia en este mundo mordido por el veneno del pecado? Hacer lo que Dios mandó: predicar a Jesucristo.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Serpiente, bronce, pecado, cruz
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