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Fortalézcanse nuevamente. Hebreos 12:12-15

Qué fácil es encontrar razones valederas para decaer y sentir que no deberíamos seguir. Qué difícil es encontrar el camino por el que podamos cultivar nuestra mente, espíritu y alma, para volver a ser fuertes. La orden de Dios de dejar el desaliento y comenzar a estar fortalecidos en Dios para enfrentar las adversidades es URGENTE, per es un camino difícil que debemos transitar con firmeza y decisión.

Útil te quiere Dios

Fortalézcanse nuevamente, porque se han debilitado.

Fíjense bien por dónde caminan para que su debilidad no los haga perder y así puedan salvarse.

Traten de vivir en paz con todo el mundo y tengan una vida libre de pecado.

El que no tenga una vida dedicada a Dios, no podrá ver al Señor.

Tengan cuidado de que ninguno de ustedes pierda el favor de Dios, ni sea como mala hierba, pues esto los puede perjudicar a todos. Hebreos 12:12-15 PDT

Estaba leyendo sobre las guerras y hay un dato que me sorprendió: desde el siglo XVIII sólo ha habido 11 años en los que no hubo alguna guerra en el planeta tierra, pero, decía también, que era probable que durante esos 11 años, haya habido pequeñas guerras, en lugares apartados, de las cuales nunca se supo.

Nuestro mundo no va a mejorar, si crees que Dios es veraz, debes estar seguro de esto: la maldad aumentará cada vez más y si la maldad aumentará, el sufrimiento también y como hijos de Dios debemos aprender a encontrar fortaleza para vivir la vida a plenitud, alcanzando bendición, en un mundo que se destruye cada vez más.

…mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; Romanos 5:20

…pero cuanto más aumentó el pecado, aumentó aun más el generoso amor de Dios. Romanos 5:20 PDT

A mayor maldad, mayor amor de Dios para sus hijos. Y amor generoso. Gracia, ese bien que no merecíamos es lo que Dios nos quiere dar en medio de un mundo destruido.
Debemos aprender a caminar erguidos entre los escombros y los derrumbes de este mundo porque Dios tiene bendición para sus hijos.

A nuestro alrededor muchas cosas se están derrumbando y transformándose en escombros a nuestros pies.

Cuando vemos que se destruyen las familias, las iglesias, los círculos de amistad, los trabajos, las economías, los planes, los sueños, la salud… parece inevitable que nos cansemos.

Sí, a lo largo de nuestras vidas, muchas veces nos cansaremos porque las circunstancias nos desalientan, porque el pecado nos ciega, porque el pecado de otros nos lastima, porque el cansancio de otros nos desanima, porque el dolor nos detiene, porque las batallas perdidas nos hacen perder la esperanza de ganar la guerra…

Las manos caídas y las rodillas paralizadas representan un profundo desaliento, desgano y desesperanza. Y Dios nos manda que se fortalezcan. Y vos y yo miramos los escombros que hay a nuestro alrededor y cada trocito nos es tan amado, y hasta quisiéramos agarrar un pedacito de recuerdo, que preferiríamos sentarnos entre esos escombros, a seguir delante. Se nos hace imposible fortalecer nuestras rodillas así que pensamos en quién nos podrá ayudar.

Pero nadie puede levantar las manos por vos. Nadie puede mover las rodillas por vos. Nadie puede declarar que te vas a levantar, ni Dios.

Viendo a la fisioterapeuta tratando a papá entendí lo que Dios dice. Ella fue las primeras veces y movió sus piernas por él, le colocó electrodos y pero después sólo se paraba y decía: “A ver Labandera” y esperaba que papá hiciera solo los ejercicios que fortalecerían otra vez sus piernas.

Los movimientos que Dios hace por nosotros es acercarse para decirnos: “Ya fue suficiente” y sus electrodos son la orden: “Fortalézcanse”.

Dios esta noche está aquí, y nos está diciendo: “ya fue suficiente” y nos está poniendo el electrodo “fortalézcanse” y está esperando que aún en medio de nuestro dolor, nuestra limitación, nuestra decepción, nuestra desesperanza, nuestras dudas, levantemos los brazos y volvamos a caminar.

Y es sorprendente porque no dice: “fortalézcanse los que no han sufrido mucho”, ni dice: “fortalézcanse los que no han sido lastimados”, ni tampoco: “fortalézcanse los que no han fallado”, no hay exclusiones, no hay algunos a los que les da la chance de haberse rendido. Simplemente dice: “Si sos de los que por algún motivo se cansaron, fortalécete y vuelve a construir”

Por lo tanto, si vos y yo, por el motivo que sea, nos sentimos débiles, cansados, agotados, se nos ocurrió que ya no somos aptos para triunfar, Dios nos dice que nos levantemos,  que no es tiempo de tirar la toalla. Dios ve que vos y yo podemos levantar nuestras manos otra vez, que vos y yo podemos avanzar otra vez, sino no nos lo diría.

Dios no piensa que podamos ser unos perdedores, Dios piensa que vos y yo somos triunfadores que podemos terminar la carrera con éxito, que podemos ganar la guerra. Dios nos ve avanzando y reconstruyendo todo en medio de todos los escombros que hay a nuestro alrededor.
No necesitamos nada más que nuestra determinación para volver a movernos, no dice que necesitemos nada más que volver a hacerlo.

Cuando vos y yo nos dispongamos a volver a hacer los ejercicios para fortalecernos y volver a avanzar, Dios estará listo para darnos lo que necesitamos para avanzar. Pero nada puede hacer Dios por nosotros si continuamos de brazos caídos y detenidos a mitad del camino. Nada podía hacer la fisioterapeuta por papá si él no movía los músculos de sus piernas. Y le dolía, y le duelen todos los ejercicios.

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Y sí, nos va a costar volver a levantar nuestras manos, y nos va a costar fortalecer nuestras rodillas, y nos va a doler, y va a necesitar mucha determinación, porque tenemos que declararle una vez más la guerra al diablo, porque tenemos que declararle una vez más la guerra al pecado que quiere vencernos, porque tenemos que declararle una vez más la guerra a esa tonta calma que nos da el desaliento…

Dios hará su parte cuando vos y yo nos dispongamos a hacer la  nuestra.

Pero hay algunas cosas con las que debemos tener cuidado, mucho cuidado después de determinar que nos fortaleceremos, son esas cosas que nos han llevado a rendirnos todas las veces que hemos pensado en volver a comenzar.

1-Fijarnos por dónde caminamos. Hay muchos escombros donde tropezar, cuidemos por dónde vamos a ir, que lo que se rompió no nos haga caer, que lo que se rompió no nos quiebre.

Piensa en todos los escombros que hay a tu lado, cuando decidas fortalecerte, cuídate que esos escombros, que eso que se rompió a tus pies, no te haga caer. Y restaura lo que se debe restaurar y deja detrás lo que no quiere ser restaurado.

Dios te va a dar la sabiduría para que sepas qué debes restaurar y qué debes dejar detrás.

2- Seguir la paz. Todo lo que se ha roto a nuestro lado nos vuelve menos amables, menos pacientes, con menos amor… entonces nuestras relaciones con los que amamos se hacen tirantes, tenemos muy poca capacidad de entendernos, de soportarnos… y no disfrutamos de la compañía de unos y otros… y casi hemos perdido los temas sobre los que podemos dialogar.

Si has determinado fortalecerte, lo segundo que debes hacer es volver a construir tus relaciones con tus hermanos en Cristo.

3- Cuidar la santidad.

Cuidemos lo que siente nuestro corazón ante lo que se ha roto. Y cuidemos que no queramos usar los escombros para vengarnos contra quien provocó el derrumbe. Cuidemos de no lastimarnos con los escombros. Es para volver a levantarnos, es para avanzar, es para reconstruir.

4- Tengamos mucho cuidado con la amargura. Si aún no has decidido fortalecerte, ten mucho cuidado porque uno de los peligros más graves de permanecer con el corazón apocado, sin ganas de avanzar, es la amargura. Era amargura lo que tenía Noemí que hasta quería cambiarse el nombre.

Fue amargura lo que nació en el corazón de Esaú y quiso matar a su hermano… la amargura nace en nuestro corazón cuando no ocurre lo que esperábamos, cuando se rompe lo que hemos construido y nos desalentamos, y permanecemos en el desaliento.

Dios no ignora lo que nos ocurre. Sabe de todos tus dolores, desde que estabas en el vientre de tu madre. Vio todas las batallas que perdiste. Estaba allí cuando desesperabas. Lo sabe todo, y como lo sabe y como te conoce, es que puede decirte que fortalezcas tus rodillas y vuelvas a andar.

Lo sabe todo pero nos quiere útiles.

Martillo me sois, y armas de guerra; Jeremías 51:20

Si te falta el cabo, hay que volverlo a poner… si se rompió tu equipo de guerra, hay que repararlo. Útil te quiere Dios.

Nos quiere caminando firmes y fieles entre los escombros de este mundo porque va a nuestro lado y tiene mayor gracia para regalarnos que todos los derrumbes de los que nos toque levantarnos.

Esta predicación o mensaje trata sobre: Cansancio, Continuar, Fortaleza, Hebreos, No rendirse, Volver a empezar

– – – – – IMPORTANTE – – – – –

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