En los tiempos que corren, los valores son una cosa difícil de definir. Cada uno ha elegido los propios valores por los cuales vivir, como si eligieran el sabor de helado que prefieren hoy.
Y como todos proclaman el derecho a tener sus propios valores, el mundo está así, confundido y en caos.
Y lo tremendo que la validez que se le está dando a los valores cambia más rápido que el jean de moda. Los valores se hacen más obsoletos y más dejados de lado, de un modo mucho más rápido que el jean chupín; y los nuevos valores se asimilan más rápido que el nuevo corte de jean.
Este cambio está mostrando la realidad de nuestra sociedad.
¿Quiénes están determinando los valores de moda?
Youtubers, bloggers, músicos, actores, activistas de un lado y otro…
Pero eso está muy lejos de lo que debía ser. De lo que es en realidad. Porque los valores emanan de Dios.
Todo lo que está escrito en ese libro que muchos consideran obsoleto, la Biblia, refleja el carácter moral de Dios, los valores por los que Dios quería que rigiéramos nuestras vidas.
Su Palabra es la que nos revela los verdaderos valores.
Los únicos valores que hacen viable una vida en paz, la solidaridad, la confianza, la amistad, el fin de las traiciones, las enemistades… es que nuestra vida se impregne y viva por los valores de Dios.
Cualquier valor que contradiga a los valores de Dios, es falso, es mentira, trae caos y provoca destrucción de la familia, las amistades, la sociedad…
Anímate a vivir por los valores que allí enseñan y vas a descubrir la diferencia. Vas a comenzar a construir una vida que vale la pena y te transformarás en alguien en quien todos pueden confiar. Para esto es que sirven los valores