Vi, codicié, tomé, escondí. Josué 7:1 y 21

Muchas veces le fallamos a Dios porque nos falta contentamiento con lo que Él nos da y cuando vemos algo que no se nos ha dado, lo codiciamos, lo tomamos, fue el camino que siguieron Eva, Acán y muchos otros en la Biblia y en la historia humana. Es cuando comienza el desastre en nuestras vidas pero Dios nos puede restaurar.

Todo venía súper bien con Israel. Al fin estaban poseyendo la tierra que Dios les había prometido, después de más de 40 años, estaban llegando las bendiciones.

Como decimos nosotros “venían con el pie derecho”

Pero los israelitas no obedecieron… Josué 7:1 PDT

Pero un día se levantaron con el izquierdo.

Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué 7:21

Entre las cosas que capturamos, vi un bello manto de Babilonia, doscientas monedas de plata, y una barra de oro que pesaba más de medio kilo.  Me gustaron mucho, así que las tomé y las enterré debajo de mi carpa, la plata está debajo de todo. Josué 7:21 PDT

Son los mismos pasos que siguió Eva: vi, codicié, tomé, escondí; son los mismos pasos que seguimos nosotros cuando desobedecemos a Dios. Vi, codicié, tomé, escondí.

¿Qué había recibido Acán de Dios durante los cuarenta años en el desierto?

Ví, codicié, tomé, escondí

Dios lo cuidó a él y su familia durante toda su vida en el desierto. Nunca le faltó nada. No se enfermaron, no quedaron sin ropa…

Dios lo cuidó cuando pasaron el río Jordán. Cruzó sin problemas, él y su familia llegaron perfectamente al otro lado.

Dios lo tenía como a un hijo…

Y Acán igualmente le falló a Dios.

Porque no es que fallamos a Dios porque Él no sea suficiente para nuestras vidas, le fallamos porque no tenemos contentamiento, porque queremos más allá de lo que recibimos y lo queremos ahora, no queremos esperar.

Dios les había dado muchísimas promesas de todo lo que alcanzarían, Acán no quería esperar, no estaba satisfecho con lo que Dios le había dado hasta el momento.

No estoy hablando de resignarnos. No. Dios quiere que siempre nos estemos extendiendo hacia delante, pero no tomando lo que aún no es para nosotros.

Acán quería alcanzar cosas que aún no estaban disponibles para él. Las tomó pero no podía usarlas, porque si las usaba todos sabrían de su desobediencia, así que las escondió. ¿Para qué sirve algo escondido? Sólo para alimentar nuestro ego. Tengo aunque nadie sepa, pero yo tengo.

…Conozco el secreto de estar feliz en todos los momentos y circunstancias… Filipenses 4:12 PDT

¡Cuánto necesitamos aprender a tener esa satisfacción interior de la que hablaba Pablo! Estaba feliz en aquella cárcel en la cual hasta frío pasaba por eso pidió que le llevaran su capa.

Esa satisfacción interior le faltaba a Acán, es por eso que cuando vio, quiso, cuando quiso, tomó y cuando tomó, escondió.
Seguir leyendo…

Comparte este mensaje