Si hay algo muy evidente a los ojos es que todos los seres humanos nos diferenciamos unos de otros, hay altos, bajos, gordos, flacos, de pelo lacio, de pelo enrulado, de ojos alargados… pero también tenemos similitudes con grupos humanos.
La unión entre diferenciación y similitud es asombrosa y sólo habla de un diseñador con buen gusto.
A las personas con similitudes físicas las suelen agrupar en grupos a los que llaman “razas” y a esas similitudes las llaman “características raciales”.
Al dividir a las personas en grupos raciales han surgido muchas desigualdades sociales que no deberían existir; el valor de una persona pasó a ser determinado por el color de su piel y ese no fue el plan de Dios.
Durante mucho tiempo, los evolucionistas, han considerado que ciertos grupos raciales son menos evolucionados que otros y esto dio lugar al racismo.
Dios creó a una sola raza. Dios creó a Adán y de su costado, quitó una costilla y creó genéticamente igual en 22 pares de cromosomas a Eva, sólo diferimos, hombres y mujeres en el último par de cromosomas, en el 23, los hombres son XY y las mujeres XX.
Adán y Eva son los padres de la raza humana y fueron hechos a imagen de Dios. Todos los seres humanos podemos ser rastreados genéticamente hasta ese primer hombre y esa primera mujer.
Sin importar las diferencias entre grupos humanos, todos genéticamente podemos ser rastreados hasta ese primer hombre y esa primera mujer.
Para que te quede claro, la persona con piel más oscura puede ser rastreada genéticamente hasta Adán y Eva y comprobar que son su antepasado primario. La persona con piel más clara, puede ser rastreada genéticamente hasta Adán y Eva y comprobar que son su antepasado primario.
La pregunta sería entonces: ¿cómo es posible esto?, ¿cómo es posible que personas con rasgos físicos tan diferentes tengamos los mismos padres ancestrales?
Antes de la construcción de la torre de Babel, todos los seres humanos estaban juntos, cuando Dios los dispersa, cada grupo humano comenzaron a aislarse genéticamente y van adquiriendo las características predominantes genéticamente dentro de ese grupo en cada una de las zonas en las que se establecen.
A medida que pasa el tiempo, y al tener hijos dentro de un mismo grupo genético, los rasgos físicos se van marcando más. La posibilidad de esa variación genética estaba contenida en la información genética de Adán y Eva y esto es genéticamente demostrable.
Pero no son razas, son grupos étnicos, todos venían del mismo padre y la misma madre.
Al pasar el tiempo, esos grupos étnicos fueron adquiriendo y formando una cultura particular que los identificaba y la diferencia ahora es física y cultural entre los grupos humanos que habitan la tierra.
Dios sostiene que hay una sola raza.
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación. Hechos 17:26
Podemos decir que formamos diferentes grupos étnicos, pero todos somos una sola raza, la raza humana.
Y para entender que somos pecadores y necesitamos un Salvador, es necesario entender que todos integramos una sola raza, la humana; que todos heredamos el pecado de Adán; que todos necesitamos un Salvador, Jesús; que vino a salvar a la raza humana, no a algunos grupos étnicos, sino a toda la humanidad, la que Dios creó en Adán.
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. 1 Corintios 15:22