Aunque muchos quieran negarlos y quieran evitarlos, Dios permitirá que muchas veces llegue “el día malo” y toda su Palabra busca enseñarnos y prepararnos para enfrentar esos días malos. La guía de Dios en su Palabra es porque sabe que solos no podremos pasar por los días malos, pero Dios promete estar a tu lado, ser tu fortaleza y perfeccionarnos a través de ellos.
El día malo, como enfrentarlo cuando te toque vivirlo.
Nos vacunamos para todo, para hacer frente a todo tipo de enfermedades; nos hacen tomar toneladas de leche para que nuestros huesos sean fuertes… pero si hablamos de fortalecernos, de inmunizarnos para el día malo, dicen que somos pesimistas, que nos falta fe y hasta los cristianos nos dicen que no hemos entendido lo que Jesús compró para nosotros… así que los días malos, nos hacen tambalear para todos lados.
Es muy lindo hablar de gozo, de promesas, de victoria sobre los demonios, de alabanza, de segunda venida, los milagros, los dones… de cosas lindas, pero ¡cuánto necesita la iglesia crecer éticamente y fortalecer su espíritu para que el día malo no voltee a nadie!
El día malo puede tener muchos nombres: problemas, crisis, sufrimiento, pérdidas, traiciones, enfermedades, fraudes, desempleo…
Jesús nos advirtió que viviríamos días así y nos advirtió para que estuviésemos preparados espiritual y emocionalmente para atravesarlos en victoria.
Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Juan 16:1
El mayor problema del cristiano ante el día malo es no haberle prestado atención a todas las enseñanzas que en la Biblia se nos dan sobre la existencia de ellos y cómo debemos enfrentarlos.
Pablo describe, en muchas ocasiones, para qué debemos prepararnos.
También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 2 Timoteo 3:1
¿Qué consejos nos deja la Biblia para enfrentar esos días?
No somos lo suficientemente fuertes para enfrentar los peligros de la vida solos, por eso Jesús, en el ejemplo de oración, pronuncia una frase que solemos pasar por alto:
…mas líbranos del mal… Mateo 6:13b
Del mismo modo que deberíamos pedir el pan de cada día, deberíamos pedir que Dios nos libre del mal.
Tenemos el derecho de pedirle a Dios que nos libre de todas las circunstancias difíciles de nuestro día a día, si no fuera nuestro derecho, Jesús no lo habría hecho:
… Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Lucas 22:42
Si Jesús mostró que teníamos derecho a pedirlo y aún nos enseñó a pedirlo, ¿por qué no le pedimos a diario que nos libre del mal?
La oración puede cambiar el curso de las circunstancias porque nuestra oración toca el corazón de Dios.
Pero habrá días en que su voluntad será no librarnos; para esos días nos han enseñado y he enseñado usar la armadura de Dios pero hay más.
¿Qué tuvieron los apóstoles que le permitió enfrentar los días malos? ¿Qué tuvo Pablo?
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia, persecuciones, padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor. 2 Timoteo 3:10-11
Doctrina. Un conocimiento real, cabal, de la verdad que Dios enseña. Un uso honesto y cabal de las palabras de Dios para enseñarlas y aplicarlas en la vida diaria. El verdadero conocimiento de lo que Dios quiere, lo que enseña, lo que espera, es indispensable para aguantar ante las adversidades de la vida. El conocimiento real de Dios nos permite refutar cualquier situación o persona o idea que intente hacernos caer de nuestra fe. El conocimiento real nos permite no ser sacudidos por vientos de doctrina ni convencidos por falsas doctrinas, falsas enseñanzas que siempre aparecen en los tiempos de dificultad como la solución más eficaz. El conocimiento real me convence que es parte de la voluntad de Dios que atraviese por esos días y esos días tendrán un final en el cual Dios será glorificado en mi vida.
Conducta. Un estilo de vida que apoya el conocimiento y la enseñanza. Delante de Dios y de los hombres. Aunque muchas veces, el estilo de vida que agrada a Dios te hará chocar con los hombres. Martín Lutero decía: “Predica de tal manera que si al final las personas no terminan odiando su pecado, terminen odiándote a ti”. Vive de tal manera que si las personas no terminan odiando el pecado en sus vidas, por tu ejemplo, terminen alejándose de ti y no desarrollen contigo relaciones estrechas de intimidad. Eso es un ejemplo de conducta.
Propósito. Una vida de Dios y para Dios. Muchos hablan del propósito de Dios pero sólo lo siguen cuando ese propósito les agrada a ellos. A todos, Dios nos muestra una misión específica para realizar en nuestras vidas pero a veces, o muchas veces, no sabemos ni entendemos el propósito eterno por el cual Dios nos llamó a ese propósito ni porqué permite tantas adversidades, tantas luchas, es sólo cumplirlo. Sabemos que cumpliendo nuestra misión estamos cumpliendo un propósito que a veces ni tenemos idea por qué ni para qué. Es sólo no rendirnos en lo que debemos hacer. Y lo que debes hacer es lo que Dios te muestra en tu relación íntima con Dios, no se lo mostrará a nadie más antes que a ti. Tal vez ni tú ni nadie lo entienda, pero dentro de ti Dios coloca un convencimiento, una certeza íntima que hay un propósito eterno en lo que te pide que hagas.
Fe. Fiel a la verdad, una vida de fe. La fe es estar seguro de que sea cual sea la situación, Dios me ama. Que por dura que se ponga la vida, Dios tiene el control. Por sorprendentes que sean las alternativas, a Dios nada le sorprende. Por difícil que sea la solución, para Dios nada es imposible.
Longanimidad. Entereza y constancia de ánimo ante los obstáculos y las adversidades. Algunos cristianos entienden mal qué es mostrarse entero y constante de ánimo ante los obstáculos entero ante las adversidades y te dicen que no puedes quebrarte, que no puedes llorar, que no pueden verte destruido. Y eso no es lo que Jesús enseña. Jesús se quebró, Jesús sufrió, Jesús necesitó apoyo de sus amigos, Jesús necesitó que sus amigos oraran junto con él antes de ser entregado. Sus amigos vieron su dolor, Dios conoció su inmenso sufrimiento, tan intenso que lloraba gotas de sangre, fue un sufrimiento que ni se parece al nuestro, y lo lloró, lo sufrió y no lo escondió. ¿Entonces qué es entereza? Entereza es que cuando debió enfrentar a sus enemigos, no salió huyendo, hizo frente a la situación porque aquella era su misión y tenía un propósito eterno. Ante los días malos está bien que sufras, que llores, que busques el apoyo de amigos cristianos que se unan en oración por ti. Está bien que bajes el ritmo de tu vida, porque de lo contrario te enfermarás y te quebrarás. Está bien todo eso, todos los hombres de Dios, cuando atravesaron por esos días, reaccionaron así y Dios no los condenó. Fíjate cómo sufrió Job. Pero ante la misión para la cual Dios te llamó, esa que tiene un propósito eterno, ante esa mantén entereza y cúmplela. Elías fue rezongado por Dios porque fue justamente de esa misión que escapó. No lo rezongó porque estaba triste, deprimido, escondido, lloroso, lo rezongó por no seguir con su llamado. Eso es lo que la Biblia enseña.
Amor. Es muy difícil mantener el amor en una familia cuando llegan los días malos. Ante los días malos, el amor pasa a ser más que nunca una decisión y un compromiso que firmamos con Dios de amar a nuestra familia que busca servir a Dios pero que le tocaron días negros por los cuales transitar. Los defectos siempre los tuvimos; los integrantes de tu familia siempre los tuvieron, los días malos hacen que vos y ellos los noten más. El amor no se puede transformar en una carga en los días difíciles, Dios quiere que el amor sea un refugio en los días difíciles para sus hijos. En los días negros no rezongues por los defectos, en los días negros entiende que todos están sufriendo como tú y necesitan de tu amor y de tu comprensión al igual que tú. Usa los días malos para hacer fuerte tu amor.
Paciencia. Capacidad de continuar cuando las cosas se ponen difíciles. Lleva su cruz. Es similar a longanimidad pero no es lo mismo. La paciencia es un estado emocional que debemos desarrollar durante todo el tiempo que duren los días malos. Es aguantar. Es continuar. Es esperar. Porque a su tiempo Dios dará la salida. El viernes un papá me dijo que su hijita le dice: “Tranquilo, papá, todo ya se va a arreglar”. Eso es paciencia. Es no explotar. Es continuar porque a todo Dios lo va a arreglar.
Entiende, como los héroes de la fe, que los días malos pasan. Que las aflicciones presentes no se comparan con la gloria venidera. Entiende que son permitidos por Dios y que ellos no te apartarán de su amor mientras tú te mantengas en obediencia. Acepta que tienes el derecho de sufrir pero no de renunciar a tu misión. Está seguro que del mismo modo que Dios permite que se desate la tormenta, también trae la calma. Recuerda que tienes el derecho de pedirle a Dios que te libre del día malo y de los malos que pueden hacer peor tus días malos.
Recuerda mantenerte firme. Recuerda que Dios tiene una salida y un propósito aunque tú no lo entiendas. Entendamos que vale la pena transitarlos.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Conducta, Dificultades, Fe, Paciencia, Amor, Propósito, Prueba, Tiempos difíciles, Timoteo
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