El día malo. 2 Timoteo 3:10-11

Propósito. Una vida de Dios y para Dios. Muchos hablan del propósito de Dios pero sólo lo siguen cuando ese propósito les agrada a ellos. A todos, Dios nos muestra una misión específica para realizar en nuestras vidas pero a veces, o muchas veces, no sabemos ni entendemos el propósito eterno por el cual Dios nos llamó a ese propósito ni porqué permite tantas adversidades, tantas luchas, es sólo cumplirlo. Sabemos que cumpliendo nuestra misión estamos cumpliendo un propósito que a veces ni tenemos idea por qué ni para qué. Es sólo no rendirnos en lo que debemos hacer. Y lo que debes hacer es lo que Dios te muestra en tu relación íntima con Dios, no se lo mostrará a nadie más antes que a ti. Tal vez ni tú ni nadie lo entienda, pero dentro de ti Dios coloca un convencimiento, una certeza íntima que hay un propósito eterno en lo que te pide que hagas.

Fe. Fiel a la verdad, una vida de fe. La fe es estar seguro de que sea cual sea la situación, Dios me ama. Que por dura que se ponga la vida, Dios tiene el control. Por sorprendentes que sean las alternativas, a Dios nada le sorprende. Por difícil que sea la solución, para Dios nada es imposible.

Longanimidad. Entereza y constancia de ánimo ante los obstáculos y las adversidades. Algunos cristianos entienden mal qué es mostrarse entero y constante de ánimo ante los obstáculos entero ante las adversidades y te dicen que no puedes quebrarte, que no  puedes llorar, que no pueden verte destruido. Y eso no es lo que Jesús enseña. Jesús se quebró, Jesús sufrió, Jesús necesitó apoyo de sus amigos, Jesús necesitó que sus amigos oraran junto con él antes de ser entregado. Sus amigos vieron su dolor, Dios conoció su inmenso sufrimiento, tan intenso que lloraba gotas de sangre, fue un sufrimiento que ni se parece al nuestro, y lo lloró, lo sufrió y no lo escondió. ¿Entonces qué es entereza? Entereza es que cuando debió enfrentar a sus enemigos, no salió huyendo, hizo frente a la situación porque aquella era su misión y tenía un propósito eterno. Ante los días malos está bien que sufras, que llores, que busques el apoyo de amigos cristianos que se unan en oración por ti. Está bien que bajes el ritmo de tu vida, porque de lo contrario te enfermarás y te quebrarás. Está bien todo eso, todos los hombres de Dios, cuando atravesaron por esos días, reaccionaron así y Dios no los condenó. Fíjate cómo sufrió Job. Pero ante la misión para la cual Dios te llamó, esa que tiene un propósito eterno, ante esa mantén entereza y cúmplela. Elías fue rezongado por Dios porque fue justamente de esa misión que escapó. No lo rezongó porque estaba triste, deprimido, escondido, lloroso, lo rezongó por no seguir con su llamado. Eso es lo que la Biblia enseña.

Amor. Es muy difícil mantener el amor en una familia cuando llegan los días malos. Ante los días malos, el amor pasa a ser más que nunca una decisión y un compromiso que firmamos con Dios de amar a nuestra familia que busca servir a Dios pero que le tocaron días negros por los cuales transitar. Los defectos siempre los tuvimos; los integrantes de tu familia siempre los tuvieron, los días malos hacen que vos y ellos los noten más. El amor no se puede transformar en una carga en los días difíciles, Dios quiere que el amor sea un refugio en los días difíciles para sus hijos. En los días negros no rezongues por los defectos, en los días negros entiende que todos están sufriendo como tú y necesitan de tu amor y de tu comprensión al igual que tú. Usa los días malos para hacer fuerte tu amor.

Paciencia. Capacidad de continuar cuando las cosas se ponen difíciles. Lleva su cruz. Es similar a longanimidad pero no es lo mismo. La paciencia es un estado emocional que debemos desarrollar durante todo el tiempo que duren los días malos. Es aguantar. Es continuar. Es esperar. Porque a su tiempo Dios dará la salida. El viernes un papá me dijo que su hijita le dice: “Tranquilo, papá, todo ya se va a arreglar”. Eso es paciencia. Es no explotar. Es continuar porque a todo Dios lo va a arreglar.

Entiende, como los héroes de la fe, que los días malos pasan. Que las aflicciones presentes no se comparan con la gloria venidera. Entiende que son permitidos por Dios y que ellos no te apartarán de su amor mientras tú te mantengas en obediencia. Acepta que tienes el derecho de sufrir pero no de renunciar a tu misión. Está seguro que del mismo modo que Dios permite que se desate la tormenta, también trae la calma. Recuerda que tienes el derecho de pedirle a Dios que te libre del día malo y de los malos que pueden hacer peor tus días malos.

Recuerda mantenerte firme. Recuerda que Dios tiene una salida y un propósito aunque tú no lo entiendas. Entendamos que vale la pena transitarlos.

Esta predicación o mensaje trata sobre: Conducta, Dificultades, Fe, Paciencia, Amor, Propósito, Prueba, Tiempos difíciles, Timoteo

– – – – – IMPORTANTE – – – – –

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