Toda la Biblia, desde el Antiguo Testamento al Nuevo Testamento, dice que la homosexualidad es pecado.
Fue uno de los motivos de la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19)
¿Cómo surge la homosexualidad?
La Biblia explica que el origen de la homosexualidad, como de todos los pecados, está en negar a Dios y en desobedecerle.
Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Romanos 1:26-27
Dios no crea a nadie con deseos homosexuales, nadie nace homosexual, las personas se transforman en homosexuales a causa del pecado y de su propia elección de un estilo de vida.
Todos nacemos con tendencia al pecado pero cada uno elige si se dejará dominar o combatirá el pecado que hay en su cuerpo. Lo mismo ocurre con la homosexualidad, es otro pecado al cual combatimos o dejamos que nos domine.
¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1 Corintios 6:9-10
El pecado de la homosexualidad lleva al infierno, pero como en todos los otros pecados, hay gracia de Dios para perdonar este pecado en quienes se arrepienten y cambian de estilo de vida.
Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11
Del mismo modo que hay castigo para el pecado, hay perdón absoluto para quienes se apartan de su vida de homosexualidad.
Dios nos llama a enfrentar a los homosexuales con la verdad de la Palabra de Dios sin ejercer la violencia, sino actuando ante ellos como actuamos ante cualquier otro tipo de pecador: buscando llevarlos a los pies de Cristo.
Como cristianos tenemos el derecho de decir que la homosexualidad es un pecado y no debemos temer los centros de poder que están apoyando este estilo de vida pecaminoso porque la verdad de Dios está de nuestro lado.