Lo que nos ha vuelto desconfiados son las traiciones de los otros que no podemos olvidar y vamos arrastrando…
Todo lo que se nos pega de otros nos hace lentos, pesados, desganados, con más ganas de detenernos que de continuar porque se nos ha pegado en nuestro corazón, porque está contaminando todo nuestro ser…
Lo que se nos pega de otros nos cansa tanto que cualquier mínimo paso delante nos consume casi que toda nuestras fuerzas…
Todo eso que se nos pegó es lo que lleva que nuestras palabras estén llenas de violencia, de falta de amor, de falta de comprensión, de falta de fe, de rabia, de enojo, de burla, de impotencia, de injusticia…
Lo peor de todo que esa corrupción nos hace imposible poner un candado en nuestra boca para evitar todas las palabras envenenadas porque no tenemos, por nosotros mismos, la capacidad de evitar las palabras ásperas, duras, injustas… los tonos de voz impaciente, intolerante… Santiago 3:8 dice que ningún hombre puede domar la lengua por sí solo.
…pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal. Santiago 3:8
Y debemos entender que los demás también están batallando como nosotros con aprender a cerrar el candado de la boca…
¿Cuántos problemas podríamos evitar si lográramos cerrar la boca?
¿Cuántos problemas nos evitarían otros si cerraran sus bocazas?
¿Cuántos problemas menos habría si no tuviésemos corazones contaminados que nos hagan errar al abrir nuestras bocas?
¿Quieres saber cómo funciona el candado de nuestra boca?
¿Quieres saber cómo se prende la aspiradora que limpia nuestra boca?
Limpiando nuestro corazón. Corazón limpio, boca limpia y con candado. Y sólo Dios puede ayudarnos con esto. Sólo Dios puede limpiarnos para que no sea la basura que arrastramos la que nos haga decidir y hablar.
Comencemos a escuchar lo que hablamos y vamos a descubrir lo que hay en nuestro corazón y entonces sabremos si estamos en tiempo de hacer una buena limpieza.
Algunos dicen que nuestro FB también lo revela. Así que también podemos revisar nuestro FB y sabremos si es tiempo de hacer una buena limpieza en nuestros valores, en nuestra fe, en nuestra actitud, en nuestros sueños, en nuestra esperanza.
¿Qué es lo que está más corroído en nosotros?
¿En qué parte estamos cargando tantas cosas de los demás que nos está haciendo lentos o casi nos ha detenido?
Es tiempo de limpiar. Es tiempo de pedirle a Dios que nos vuelva a limpiar porque hay mucho más que queremos conquistar y no dejar que se nos pegue ni una basurita más.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Boca, Corazón, Cuidar, Dominio propio, Iniquidad, Lengua, Salmos
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