Muchas personas se preguntan a diario ¿Qué hizo Jesús por mí?
¿Alguna vez te preguntaste cuándo comenzó tu salvación?, ¿alguna vez pensaste dónde, cuándo y porqué surgió la idea de la cruz? Vamos a despejar dudas
La mayoría cree que nuestra salvación comienza en la crucifixión, pero nuestra salvación comenzó antes, muchísimo antes.
La obra de Jesús comenzó antes de la creación en el pacto de redención dentro de la Trinidad.
Nuestra salvación se inicia en ese pacto de redención antes de la creación.
El pacto de la redención no es entre Dios y los hombres sino dentro de la Trinidad misma, entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Antes de la creación, cuando Dios decide crear el mundo y al hombre, Dios decide establecer el modo de redimir a esa creación que sabe, de antemano, que va a pecar y necesitará un salvador para librarle de su justa ira.
Redimir es comprar. Su uso general era el pago del esclavo por su libertad. Redimir era ser libre. El hombre sería esclavo del pecado, por eso era necesario que Jesús nos redimiera y esa redención debía quedar establecida antes del hombre ser creado.
siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, Romanos 3:24
El Padre es quien inicia la redención, el Hijo recibe del Padre la encomienda de llevar a cabo la redención y el Espíritu Santo es quien aplica la redención en nosotros.
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 1 Pedro 1:18-19
La redención es un acuerdo eterno entre la Trinidad y Jesús se deleita en recibir esa encomienda.
La redención únicamente podía ser hecha por Dios mismo. Sólo un Dios Santo podía proveer un sacrificio santo que satisficiera su justicia.
Es un pacto, cada una de las tres partes de la Trinidad está de acuerdo y satisfechos con cada una de las condiciones que deben cumplir.
Y dentro de la Trinidad no hay conflicto interno por este sistema de redención que Dios estableció. Jesús está satisfecho con el plan, no se opone, por el contrario, se goza de poder ser el redentor de la humanidad para gloria de su Padre.
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre. Filipenses 2:11
Para llevar a cabo la redención, lo primero no es morir en la cruz.
Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo. Juan 3:13
Para salvarnos, Jesús debe descender del cielo y hacerse hombre. Vivir como hombre y ser el Salvador del mundo.
El ministerio de Jesús comienza con su descenso a la tierra, esto implica dejar su lugar en la gloria con el Padre y el Espíritu y venir a la tierra.
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros… Juan 1:1 y 14
Jesús no hace una metamorfosis, como un gusano se convierte en mariposa dejando de ser gusano.
Lo que hace Jesús es una “kenosis”, un vaciamiento, un autodespojo de su gloria.
La encarnación es la unión de la naturaleza humana con la naturaleza divina para que se lleve a cabo la redención.
Jesús suma a su naturaleza divina, una naturaleza humana.
sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; Filipenses 2:7
Jesús se auto-despojó de su gloria para tomar la forma de siervo, para ponerse al servicio de Dios y rescatar un pueblo para sí.
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Tito 2:14
Fue una entrega voluntaria.
Durante su ministerio en la tierra, Jesús renunció a su relación cara a cara con el Padre y su forma de relacionarse con el Padre era la misma que tenemos nosotros ahora: la oración.
Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Marcos 1:35
Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba. Lucas 5:16
Durante su ministerio en la tierra, Jesús renunció a su autoridad independiente.
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