No hay nada mas desagradable que ir caminando y encontrarte sin darte cuenta con algo que te hace tropezar o resbalar sorpresivamente…la caída es muchas veces inevitable, y las consecuencias de esas caídas pueden dejar marcas de por vida. Dios dice que vivas tu vida de tal manera que vayas eliminando esas posibilidades de tropezar, y aquí aprenderás como hacerlo.
Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi pueblo. Isaías 57:14
Cuando un rey iba a visitar a un pueblo, ese pueblo se encargaba de revisar todos los caminos por los cuales el rey llegaría hasta ellos. Tapaban todos los pozos, quitaban todas las piedras que pudieran molestar a los carros, revisaban que en las montañas que rodeaban los caminos no hubiesen grietas que pudieran provocar una avalancha y diera muerte al rey. Se ponían guardias en los lugares en que se pudiera realizar un ataque.
Dios pide eso para su pueblo. Que quitemos todas las piedras, todos los tropiezos, que revisemos todas las grietas que puedan provocar derrumbes, porque vos y yo vamos de camino al cielo y debemos evitar que el descuido con el camino nos detenga y nos haga volver atrás.
Pero resulta que muchas veces somos nosotros mismos los que provocamos derrumbes delante de nuestros pies, somos nosotros mismos los que tiramos piedras delante de nuestros pasos porque hay áreas de nuestro interior que no hemos sujetado a Dios.
¿Qué cosas provocan avalanchas en nuestras vidas?
¿Qué cosas hacen intransitable nuestro camino como hijos de Dios?
- La incredulidad. Incredulidad no es no creer en Dios, hay muchos cristianos que son incrédulos. Incredulidad es no creerle a Dios. Incredulidad es no poder creer que hará lo que dijo que haría en nuestras vidas. Abraham estaba convencido de creerle a Dios, él permanecía firme en las promesas que Dios le había dado.
Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia. Génesis 15:6
Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Romanos 4:3
Solemos tener muchos derrumbes que detienen nuestro caminar porque estamos llenos de incredulidad, no somos como Abraham y nos falta la humildad del muchacho endemoniado para reconocer nuestra falta de fe:
E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Marcos 9:24
La incredulidad es lo que nos paraliza en nuestro camino, la fe nos hace andar por fe, no por vista. La incredulidad nos hace andar cuando vemos.
…porque por fe andamos, no por vista… 2 Corintios 5:7
Si vos y yo sentimos que Dios no nos ha llevado tan lejos como esperábamos; si sentimos que nuestras vidas están estancadas, que Dios se está demorando mucho en cumplir promesas elementales en nuestra vida; el problema no está siendo Dios, es nuestra incredulidad y es tiempo que pensemos en qué nos cuesta creerle a Dios y pedirle ahí que ayude a creerle lo que nos dice Él.
La incredulidad mantuvo a Israel lejos de la tierra prometida:
“no pudieron entrar a causa de incredulidad Hebreos 3:19”
La incredulidad impidió que Jesús hiciera milagros en su propio pueblo:
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos. Mateo 13:53
… la incredulidad llena nuestros caminos de piedras y nos dificulta el avanzar
- El orgullo. Es el montón de piedras que nosotros mismos nos tiramos delante de nuestros pies. El orgullo destruye familias, iglesias, amistades, matrimonios, trabajos, estudios, ministerios… es el “infaltable vicio de los necios” (Alexander Pope)