Dios, el director de la película de nuestras vidas. Juan 11

Se esperaba que Jesús saliera corriendo a hacerle el milagro a su apreciado amigo, no que se quedara dos días allí como si nada.

¿Dónde se quedó Jesús?, ¿qué había en aquella ciudad más importante que ir a la casa de Lázaro?

El director de la película se quedó quieto, no cambió el guión, no hizo nada, no escuchó el pedido.

Lázaro y sus hermanas debieron esperar hasta el último instante que su gran amigo llegara y cambiara la historia, pero no llegó.

Lázaro muere sin que Jesús llegue.

María y Marta sepultan a Lázaro sin que Jesús las acompañe en ese duro momento. El gran amigo, al que esa familia le daba todo no fue porque no quiso, las dejó solas en ese episodio de la película de sus vidas sin ayuda.

Cuando Jesús llegó a Betania ya era muy tarde.

Cuando Jesús llegó a Betania el dolor ya era demasiado.

Cuando Jesús llegó a Betania ya no quedaba nada por hacer.

Y las hermanas de Lázaro salieron a recibirle con una frase muy parecida a la nuestra: “Si hubieras venido antes”, si hubieras actuado antes, si… ¿cuántas probabilidades seríamos capaces de enumerar esta noche de si Dios nos hubiese contestado antes? Yo hasta sería casi abuela tal vez…

Cuando enumeramos los “si…” nos llenamos de desesperanza, de dolor, de impotencia.

Cuando enumeramos los “si…” perdemos la esperanza, el gozo, la fe.

Cuando enumeramos los “si…” es que no nos han gustado las decisiones del director de la película de nuestras vidas.

Cuando sentimos que Jesús está lejos, que se olvidó que nos dejó colgados en un pedazo del guión en que nos duele, que se ha tomado tanto tiempo, que se ha entretenido con aquellos que ni siquiera han hecho ni la mitad que nosotros por Él, no nos gusta cómo está dirigiendo la película de nuestras vidas.

Hasta quienes nos conocen pueden llegar a decir: ¿Qué está haciendo Dios en la vida de…? ¿Qué está planeando, o acaso se olvidó de…?

Jesús lloró ante la tumba de Lázaro. Y eso es como para crisparle los nervios a cualquiera. Imagínate que si hubiese llegado antes nadie habría llorado.

Es como cuando en mis momentos de dolor me he puesto a clamarle y siento clarito que no le gusta verme sufrir pero que a la vez sabe que es lo mejor para mí.

¿Te ha pasado? A mí sí, me ha pasado sentir que Él se duele de mis dolores pero me deja atravesarlos porque son lo mejor para mí.

Por lo tanto no lo hizo feliz tomarse tiempo. No lo hizo feliz saber que Marta y María sufrieron tanto.

Nada de lo que ocurrió lo hizo feliz. Sólo que debía tomarse el tiempo porque sabe lo que hace.

No lo hace feliz vernos desesperar ante sus guiones que no entendemos, pero…

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…para un amigo de Jesús, el guión siempre termina siendo perfecto.

Para quien Jesús ama todo ocurre del modo necesario en el tiempo justo, aunque hayamos perdido las esperanzas.

Marta y María sentían lo mismo que nosotros muchas veces en nuestras vidas: “si hubieses estado aquí… no nos hubiera pasado…”

Ellas estaban seguras que Jesús había llegado tarde, que de haber llegado a tiempo, nada de aquello hubiese ocurrido.

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Dios sabe qué va a hacer con los minutos que aún no hemos vivido y sabe qué es mejor para ese tiempo, el llega y actúa en base a nuestro futuro que nosotros no conocemos, nosotros queremos que actúe en base a nuestro pasado, en base a lo que nos pasó. María y Marta querían que Jesús llegara a tiempo para actuar en base a algo ya ocurrido: Lázaro enfermó.

Al igual que ellas, queremos que Dios vaya creando el guión en base a nuestro pasado, para que cambie nuestro presente y evite el futuro que nosotros vemos acercarse.

Y nosotros no sabemos nada certero ni siquiera sobre el próximo segundo que tenemos frente a nuestra nariz.

Dios sí lo sabe, Él actúa en base a ese futuro que conoce y nosotros no.

Dios sabe cómo y cuándo actuar para restaurar todo lo que el diablo rompió en nuestro pasado, todo lo que el diablo está arañando en nuestro presente, y cuando Dios actúa nada lo detiene, nada puede contra Él. Su guión es el que al final se gana los premios. Su forma de dirigir es la perfecta, claro que mientras nos tocan los tragos amargos no lo podemos entender.

Como no lo podían entender las hermanas de Lázaro, nosotros tampoco lo podemos entender, pero…

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…cuando Dios es el director, siempre tiene preparado un nuevo camino para cuando nos encontramos en un callejón sin salida; y un nuevo capítulo cuando nos sentimos sin un futuro.

Si somos capaces de aceptar que lo que ha hecho en el pasado es lo mejor, que lo que permite en el presente tiene un propósito de bien para nuestro futuro; si somos capaces de aceptar que el futuro de victoria no es para mañana ni una de los mañanas cercanos; si somos capaces de entender y aceptar esto y mucho más, sí Dios es el director de nuestras vidas y podemos esperar que va a cumplir sus promesas.

Si aún no lo hemos entendido ni aceptado, no es nuestro director y no podrá cumplir sus promesas en nuestras vidas.

En medio de mi adolescencia cantaba una canción que debió hacerse realidad en mi vida en aquellos días, pero muchas veces pensé que Dios podría complacerme con lo que yo quería, si lo hubiese entendido entonces habría tenido menos lágrimas en mi vida y estoy segura que de haber entendido lo que significa Dios como el director de tu vida, habrías tenido menos dolor, menos fracasos, menos frustraciones.

Si estamos seguros de eso, no esperemos más, que de verdad sea nuestro director, que sea el Señor de nuestro pasado, presente y futuro.