El pecado de presunción es la falta completa de fe, de obediencia, de sujeción, pero es el conocimiento completo del poder de Dios.
Esta gente no tenía fe, no tenía obediencia, no se sujetaba a Dios, pero habían experimentado el poder de Dios desde las plagas en Egipto y todo el caminar en el desierto, más de dos años desde la primera plaga hasta este día. Ellos sabían lo que Dios podía hacer y presumieron que Dios estaría con ellos, los haría conquistar la Tierra Prometida y los haría habitar en ella con prosperidad.
Otros ejemplos de pecado de presunción en la Biblia:
-los falsos maestros que dirán a Jesús “en tu nombre echamos fuera demonios”
-Jehú que eliminó el culto a Baal de Israel pero él mismo no dejó de adorar ídolos
-el fariseo que oraba “no soy como este publicano”
Y las consecuencias de la presunción fueron: vagar por el desierto, desear y no tener, anhelar y no ver, se silenció el canto y con cada muerto en el desierto, moría la esperanza de los viejos.
Eso mismo nos pasa a nosotros cuando actuamos por presunción y no por fe.
De estos 40 años casi no hay registro, sólo hechos aislados y el recuento de las jornadas en el capítulo 33.
Mirados desde lejos, son años perdidos, no ofrecieron sacrificios y ni siquiera circuncidaron a los que nacieron durante esos 40 años, y esa era la marca externa del pueblo israelí.
Son años perdidos, son acciones perdidas, las consecuencias de la presunción.
Y lo que señala un pecado de presunción es la ausencia de Dios en todas las acciones aunque parezcan buenas, aunque parezca que todo está saliendo bien.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Presunción, pecado, obediencia, Israel, voluntad
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