¿Alguna vez te diste cuenta que en la Biblia dice que un tiempo eres flecha y otro tiempo eres arquero?
He aquí, herencia de Jehová son los hijos;
Cosa de estima el fruto del vientre.
Como saetas en mano del valiente, Salmo 127:3-4ª
Tu tiempo como hijo, todo el tiempo que vives bajo el cuidado y sustento de tus padres, todo ese tiempo eres una flecha.
Desde el momento que pasas a ser responsable de ti mismo, no porque eres mayor de edad, sino porque has logrado tu independencia económica y has comenzado a vivir tu propia vida, eres arquero.
Nuestro tiempo como flecha y nuestro tiempo como arqueros revela que Dios quiere que tengamos un proyecto de vida. Y tu proyecto de vida, Dios sabe que debes desarrollarlo contra corriente y espera que lo logres.
Dios nos ordena que nos preparemos y salgamos adelante, que por nada nos quedemos estancados.
El objetivo de Dios es que tu proyecto de vida impacte en los demás y los incentive a ellos formar el propio.
El salmo 127 habla de padres e hijos, el salmo 127 habla de familia. El proyecto de vida con el cual impactarás al mundo es con tu familia.
¿Sabías que los arquero profesionales preparan sus propias flechas? Para asegurarse que ellas den en el centro de la diana.
Las flechas están constituidas por tres partes principales.
La vara, que debe tener cierta flexibilidad para acumular energía potencial elástica cuando el arco le transmite el empuje.
Recibe el nombre de vara porque en su origen era hecha de madera, bambú… en la actualidad puede ser hasta de fibra de carbono.
La punta, que le da el peso necesario para seguir una trayectoria sin ser modificada por el viento ni la fuerza de la gravedad, debe tener el filo necesario para insertarse en la diana.
Las plumas, son los elementos que le permiten un vuelo estable, son las alas y el timón de las flechas.
Cada elemento de la flecha es pesado y controlado, aún las plumas, aun el miligramo más imperceptible, puede impedir que su vuelo sea recto y el arquero es quien forma esa flecha para que llegue al destino que debe llegar.
Como padre, como amigo, como consejero, eres un arquero. Y nunca te olvides que las personas que tienes para formar son de Dios, te las prestó y te dio la responsabilidad de formarlas bien.
…tus hijos y tus hijas que habías dado a luz para mí… Ezequiel 16:20
Un arquero que debe armar de tal modo a sus hijos, para que lleguen a destino. Hijos que tengan la flexibilidad necesaria, como la vara, para recibir el consejo, asimilarlo y ponerlo en práctica en el momento que son disparados a vivir sus vidas.
Como padre, debes formar una convicción irrompible de vida cristiana en tus hijos, esa es la punta con la que darán en el blanco.
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