Sexto mandamiento no matarás. Éxodo 20:13

¿Sabías que eres culpable de asesinato cada vez que llamas idiota a alguien? El sexto mandamiento no sólo prohíbe matar con armas sino también con tus palabras y mucho mas. El sexto mandamiento no matarás…

Con cada uno de los mandamientos, Dios busca tratar no sólo con nuestros actos sino también con los motivos, con los pensamientos que anidan en nuestra mente y con los sentimientos y deseos que inundan nuestro corazón.

Tenemos muy claro que no podemos ocasionar la muerte física de ninguna persona, y sabemos que de hacerlo, somos merecedores de la condena social, judicial y divina.

Pero el sexto mandamiento va mucho más allá del asesinato físico al cual consideramos y creemos prohibido.

En la Biblia están prohibidos, por lo menos, tres tipos más de homicidios o asesinatos aparte del físico que viene a  nuestra mente con el sexto mandamiento.

En todo tipo de homicidio hay una víctima, quien recibe el ataque o agresión, y un victimario, quien perpetra la agresión.

A-la Biblia prohíbe y condena cualquier homicidio contra la integridad personal. Un homicidio contra la integridad personal e todo aquello con el cual un victimario busca destruir la reputación, el buen nombre, el afecto que despierta la víctima, los sueños, los anhelos…

Un atentado, un homicidio contra la integridad de la persona, ataca la esencia de la persona misma, su personalidad, su modo de ser.

Es un victimario toda aquella persona que usa palabras hirientes, ofensivas, socarronas, burlonas… para describir falsamente a la víctima.

El sexto mandamiento no matarás

Cuando lo que se dice de alguien no corresponde con su realidad moral, física y espiritual, se está violando el sexto mandamiento.

Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.   Mateo 5:21-22

Es un victimario culpable de homicidio todo aquel que aborrece, que odia a su víctima. Así lo establece la Biblia:

Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; 1ª Juan 3:15

Este mandamiento prohíbe todos los pensamientos, todas las emociones como el odio, el enojo que lleva a actuar con agresividad, el desprecio, el anhelar la muerte de otro… y es en todos los casos. Usemos un ejemplo para que esto quede muy claro.

Quien se levanta contra otro, aún de palabra, es culpable de homicidio, sea por la razón que fuere. Si alguien se levanta contra ti, perdónale, apártate y sólo vuelve a tener comunión y confianza en dicha persona sólo cuando compruebes que ha cambiado.

Algo extra pero que permite a descubrir qué homicida se ha arrepentido. Hay cinco frutos en una persona que de verdad ha cambiado:

  1. tiene frutos de arrepentimiento que consta de las siguientes partes:
    • confesar la maldad actuada y deja de practicarla.
      • El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13 (R.V)
    • restituir a quienes se agredió (ejemplo de Zaqueo)
    • pedir perdón a quienes se ofendió
  2. tiene frutos de buenas obras:
    • …ejemplo de buenas obras… Tito 2:7 (R.V)
  3. tiene frutos de labios: lo que habla glorifica a Dios:
    • …porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45 (R.V)
  4. tiene los frutos del espíritu, en mayor o menor medida deben manifestarse en su vida las siguientes cualidades:
    • Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza… Gálatas 5:21-22
  5. tiene frutos de justicia que consisten en el deseo de hacer lo justo y lo correcto y dejar de hacer lo injusto y lo incorrecto.
    • …Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 2ª Timoteo 2:19 (R.V)

Ahora ya sabremos descubrir quién de verdad ha cambiado.

“No matarás” significa también no aborrecerás, no odiarás.

Este mandamiento, entonces, prohíbe todos los pensamientos, todas las emociones como el odio, el enojo excesivo, el desprecio, el desear la muerte de alguien… quien desea la muerte de otra persona es tan culpable como si la matara en sentido físico.

Jesús mismo habló de los diferentes grados de enojo que llevan dentro de sí el deseo del homicidio.

Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Mateo 5:22

En la versión antigua las palabras enojo son mucho más fuertes y nos ayudan a comprender un poco mejor el mandato de Dios.

Mas yo os digo, que cualquiera que se enojare locamente con su hermano, será culpado del juicio; y cualquiera que dijere á su hermano, Raca, será culpado del concejo; y cualquiera que dijere, Fatuo, (“Moré” en la T.T) será culpado del infierno del fuego. Mateo 5:22 (V.A)

a)“enojare locamente”: habla de un enojo excesivo, de una ira desmedida. Habla de emociones explosivas, emociones sin control que ponen de manifiesto la falta de “dominio propio”. El enojo que es pecado es aquel que pone a la persona fuera de control, el que pone de manifiesto que el Espíritu Santo no está teniendo el control sobre las emociones de la persona.

¿Por qué hacemos esta aclaración?, porque la Biblia no prohíbe el enojo, Jesús se enojó, y es necesario que nos enojemos para que ciertas heridas que nos provocan no se transformen en raíces de amargura. El enojo es como la válvula de escape de una olla a presión. Pero nunca puede llegar a descontrolarse al punto que explote la olla, pues ese es el caos y en ese punto se origina el pecado.

Veamos un caso de enojo de Jesús:

Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano. Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle. Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.  Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban. Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana. Marcos 3:1-5

El enojo es justo cuando es causado por un mal verdadero y cuando no excede la medida. Todo con Dios tiene un límite. Este enojo de Jesús no es un pecado, no le hace actuar violando la ley de Dios, sólo es la reacción de alguien bueno que descubre que se le está atacando para causarle un mal. Pero el sentimiento de enojo que tenían los fariseos sí era pecado pues ellos estaban actuando en base de su enojo con malos pensamientos contra alguien que no estaba haciendo ningún mal.

Pablo nos dice que es posible enojarse sin pecar:

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo. Efesios 4:26

El enojo no es pecado cuando está dirigido contra el pecado y no te lleva a pecar:

Aborreced lo malo, seguid lo bueno. Romanos 12:9

El enojo condenado en el sexto mandamiento es el que desea el mal para nuestro prójimo.

b-lo condenado por el sexto mandamiento es el enojo que lleva a la ofensa gratuita hacia la otra persona, puede ser a través del uso de palabras ofensivas o mentirosas, miradas que hieren, acciones u omisiones para lastimar, etc.

Tal vez las palabras usadas en la Versión Antigua y en la Traducción Textual casi ni las hemos oído pero son las de verdadero valor porque fueron exactamente las que Jesús usó. “Raca” significa imbécil, estúpido, idiota, basura, sin valor, cabeza hueca, o como diríamos hoy, cabeza de chorlito. “Fatuo” significa falto de razón, de entendimiento, lleno de vanidad infundada y ridícula, rebelde, reprobado. Ambas palabras eran el mayor insulto de la época de Jesús. “Raca” se usaba contra personas a las que se consideraban sin valor. “Fatuo” se usaba para maldecir y condenar a alguien.

Estas palabras también las usó Jesús y los apóstoles para describir la condición espiritual de las personas que desobedecen  a Dios. En esos casos su uso no constituye un pecado pues describen una realidad. Sí son pecados cuando se usan para mostrar el rencor, la amargura, el odio, el resentimiento, pues detrás de estas palabras hay un corazón lleno de homicidios.

Su uso es una forma verbal de matar a otros. Toda persona que te insulta con palabras hirientes que no describen tu realidad espiritual, ni tu realidad moral, ni tu actuar, ha sido delante de los ojos de Dios, un homicida. Toda vez que insultaste a una persona con palabras hirientes que no describían su realidad espiritual, ni su realidad moral, ni su actuar, has sido un homicida ante los ojos de Dios.

Porque de la abundancia del corazón habla la boca. Mateo 12:34

Todos los pecados de odio, son homicidio a los ojos de Dios porque todos los pecados relacionados con el odio tienen como objetivo el destruir o dañar la reputación, la honra, el bienestar de la persona a la que se odia o aborrece.

…ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo… Levítico 19:18

Estamos violando el sexto mandamiento cada vez que guardamos rencor, amargura, nos llenamos de malicia contra alguien, lo despreciamos, lo calumniamos.

Y manifiestas son las obras de la carne, que son: …enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,  envidias, homicidios… y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Gálatas 5:19-21

Esta clase de homicidio consiste en el intento de “matar” el respeto, el afecto, y aún el carácter y la felicidad de otros. Y todos los no salvos dedican mucho tiempo de sus vidas en esto:

…viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Tito 3:3

Un arrepentimiento verdadero incluye un cambio de actitud con respecto a estos pecados y mostrar los frutos del Espíritu.

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