¿Nos hemos puesto a pensar porqué Moisés dio tantas leyes al pueblo? Porque tenían que adoptar un nuevo modo de vivir. Les enseñó higiene, economía, gobierno, salud, alimentación, reglas de convivencia… TODO nuevo. Era otro modo de vivir. Debían vivir con otra cabeza para lograr lo que nunca habían logrado.
3. Debían aprender a pasar por sus situaciones difíciles, venciendo.
Si miramos lo que les tocó pasar desde que salieron de Egipto, todas fueron situaciones límites en que se puso a prueba su fe, y cuando mantuvieron su fe, salieron triunfantes. Cuando se sometieron a su vieja mente, a su viejo modo de vivir, al conformismo (por ejemplo, ahora eran libres, podían alcanzar un nuevo futuro, y el contratiempo del desierto les hizo anhelar volver a la esclavitud, al azote, a la miseria, por unas cebollas ¡insólito, pero si nos analizamos nos pasa lo mismo!) Al igual que ellos, cada vez que no mantenemos la fe y la integridad ante Dios, perdemos las oportunidades de vencer.
El país pintado en fucsia es Suiza. Suiza está rodeada de tierra, no tiene grandes mares que le den salida a ningún océano, pero Suiza tiene la primera o segunda naviera más grande del mundo (que sea la primera o segunda depende de la visión de los economistas). Suiza no tiene casi recursos naturales, pero tiene una de las economías más prósperas y desarrolladas del mundo, casi no tiene desempleo ni inflación. No cultivan cacao pero producen el chocolate más famoso y de mayor calidad en el mundo.
No es lo que parece lo que debe determinar si tenemos o no una segunda oportunidad para tener una vida completa, sino cambiar nuestro modo de pensar. Cambiar nuestro modo de actuar. Cambiar nuestro modo de planear, aún cambiar nuestro modo de comer y relacionarnos con los demás. Es con las reglas de Dios que lo más increíble e imposible lograremos no porque esperamos en los milagros, sino porque vivimos del modo adecuado, con la mente adecuada.
Dios, a aquellos insignificantes y desheredados israelitas, les prometió transformarlos en una gran nación a la cual las demás naciones admirarían y que además serían bendecidas a través de ellos. No tenían nada para llegar a ser eso. Sólo debían cambiar la forma de enfrentar la vida. Y en eso consiste la segunda oportunidad que Dios te da. No es para cometer el mismo error del mismo modo, sino para cambiar el modo de enfrentar la vida. Y en 300 años, los israelitas lo lograron. Tuvieron leyes justas, fueron económicamente prósperos. La arquitectura que desarrollaron fue excelente, de vivir en casas prestadas tuvieron el templo más hermoso de casi que todos los tiempos. Fueron excelentes artesanos. Tuvieron sabiduría y un ejemplar sistema educativo. Uno de sus reyes, Salomón, fue un gran filósofo y científico.
Claro que todo esto lo lograron mientras se mantuvieron en la perspectiva de Dios.
¿Queremos una segunda oportunidad? ¿Cuál será nuestro modo de pensar? ¿Dónde mantendremos fijos nuestros ojos?
Aún tenemos oportunidad.
Esta predicación o mensaje trata sobre: 1 Pedro, Deuteronomio, Esfuerzo, Fe, Oportunidades
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