¿Sabías que cuando pides fiado sabiendo que no tienes el dinero para pagar, estás robando?, ¿sabías que cuando haces tiempo en tu trabajo, estás robando? Hay muchas formas de robar que la Biblia prohíbe
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Efesios 4:28
El octavo mandamiento tiene muchas implicaciones o condiciones.
-no podemos tomar las cosas que pertenecen a otros, que ya tienen dueño
-si queremos algo, debemos trabajar para poder pagarlo y así adquirirlo
-debemos compartir con quien no tiene (no el que no tiene por no trabajar o por gastar mal su dinero)
-si me quieren regalar algo, puedo aceptarlo
-no podemos usar medios como el engaño, las presiones, falsa amistad, quejas, lamentos… para obtener lo que es de otro
Como todos los mandamientos, este también trata con temas relacionados con él.
El octavo mandamiento defiende el derecho a la propiedad. El derecho a la propiedad no fue establecido por los franceses en la Revolución Francesa de 1789, fue establecido por Dios cuando entrega los Diez Mandamientos cuando surge la nación de Israel, aproximadamente 1500-1450 años antes de Jesús.
¡Dios defendió y habló de derecho de propiedad mucho antes que políticos y juristas!
Todo robo, todo hurto, comienza con el deseo de tener lo de otro, eso se llama codicia, y está lleno de injusticia. Es querer tener algo sin trabajar por ello, sin pagar por ello, sin tener derecho a tenerlo, y sin importar a quien perjudico.
En el mundo en que vivimos está lleno de personas que buscan quitar a otros sus pertenencias, su dinero, sus derechos…
El mayor ladrón ha sido el diablo. Ha buscado robarle a Dios y a los hombres sus derechos y pertenencias.
El diablo quiere todo lo que Dios tiene, quiere ser Dios. Quiere la autoridad, el honor, el poder, la propiedad… de Dios.
Y es el diablo quien ha sido el ejemplo para los hombres transformarse en ladrones también.
Los hombres también han buscado las mejores formas para tener lo que no merecen ni se han ganado.
En todos los rubros hay ladrones. Hay ladrones en las escuelas, en el gobierno, en los comercios, en los bancos, en las iglesias…
La mayoría de las formas de robar son para conseguir lo que no nos corresponde.
Pablo enseña que debemos trabajar para pagar nuestros costos de vida.
…ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 2ª Tesalonicenses 3:8
Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 2ª Tesalonicenses 3:10
A veces no nos damos cuenta de cuán ladrones podemos ser.
Somos ladrones cuando al trabajar para un empleador perdemos el tiempo sin trabajar, cuando nos llevamos materiales de nuestro lugar de trabajo, cuando rompemos a propósito las herramientas…
Somos ladrones si ocupamos cargos de gobierno y de administración y administramos mal los bienes públicos para sacar provecho para nosotros o para los amigos involucrados…