Hay muchos que quieren llevar el título de hijo de Dios, pero no es a todos a los cuales Dios se lo da.
Hoy las personas están muy confundidas en cuanto a la paternidad de Dios y todos se identifican como sus hijos, pero ¿todos somos hijos de Dios?
No todos son hijos de Dios. Lo que sí todos somos es creación de Dios, todos somos criaturas de Dios, creados por Dios, pero no todos son hijos de Dios.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16
En ninguna parte de la Biblia se llama de “hijo de Dios” a los que rechazan la salvación.
Los que rechazan la salvación son llamados “hijos de ira”, pero no “hijos de Dios”.
entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Efesios 2:3
Los que eligen vivir en el pecado no tienen a Dios por su padre, por el contrario, su padre es el diablo.
Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Juan 8:44a
¿Hijo de Dios?
Es un hijo de Dios aquel que reconoce que sus pecados ofenden a Dios y recurre a la obra redentora de Jesús para estar a cuentas con Dios, ser adoptados por Él y comenzar a vivir una vida regida por los preceptos del cielo.
Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Gálatas 4:4-6
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Romanos 8:14
Y para identificar quiénes son hijos o no, sólo es necesario ver si en su vida están los frutos del Espíritu de Dios, del Espíritu Santo.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23
Y si eso es lo que marca la vida de un hijo de Dios, un hijo de Dios se reconoce muy fácilmente.
Es quienes somos, cómo somos, es tu vida, es mi vida, sin secretos oscuros, lo que demuestra si somos hijos de Dios.
Esta predicación o mensaje trata sobre: Hijos, Diablo, Creación, Pecado, Frutos.
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