Mundanidad y mundanalidad

La mundanalidad está tan metida en nosotros que solemos pedir a Dios lo que ya sabemos que no entra en su propósito para nuestras vidas.

Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una muy inmensa muchedumbre de ganado; y vieron la tierra de Jazer y de Galaad, y les pareció el país lugar de ganado. Vinieron, pues, los hijos de Gad y los hijos de Rubén, y hablaron a Moisés y al sacerdote Eleazar, y a los príncipes de la congregación, diciendo: Atarot, Dibón, Jazer, Nimra, Hesbón, Eleale, Sebam, Nebo y Beón, la tierra que Jehová hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado. Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán. Números 32:1-5

Dios les había prometido la tierra del otro lado del Jordán. A Gad, Rubén y la mitad de los de Manasés, les parecía mejor la tierra de este otro lado, ellos consideraban que estar de este lado era la mejor opción, pero no pensaron en lo que Dios quería. 

Lo primero que preocupó a Moisés fue que la decisión de ellos desanimara al resto de Israel como había pasado 40 años atrás cuando los 10 espías desanimaron al pueblo.

Si os volviereis de en pos de él, él volverá otra vez a dejaros en el desierto, y destruiréis a todo este pueblo. Números 32:15

La mundanalidad se contagia. Pero estas dos tribus y media se comprometen a ayudar al resto del pueblo cuando deban salir a conquistar la Tierra Prometida y Moisés les advierte por si llegado el momento se echan atrás.

Mas si así no lo hacéis, he aquí habréis pecado ante Jehová; y sabed que vuestro pecado os alcanzará. Números 32:23

La mundanalidad que mantenemos escondida y no combatimos, por más oculta que la tengamos de los ojos de los hombres, de Dios no podemos ocultarla y Dios actuará con nosotros conforme a esa mundanalidad oculta.

¿Sabes qué pueblo formaron los de Gad que se quedaron de este otro lado del Jordán? Los gadarenos que cuando Jesús liberó al endemoniado, le pidieron que se fuera de sus tierras.

La mundanalidad es casi imperceptible. Se mete en nosotros, como en estos dos casos, sin casi darnos cuenta.

Es una infiltración. Se mete en nosotros a través de nuestra propia sabiduría. Dios nos hace sabios, y cada vez más sabios a medida que nos consagramos, pero cuando confiamos en nuestra capacidad para decidir, sin consultar con Dios, nos estamos llenando de mundanalidad.

Y esa mundanalidad va cambiando nuestro modo de vivir, de ser, de pensar y de hacer.

La mundanalidad no nos permite vivir como dignos hijos de Dios, sino que nos lleva a vivir como cristianos mendigos de la gracia.

La mundanalidad nos lleva a decidir como decide el mundo.

La mundanalidad nos lleva a entender la vida como la entiende el mundo.

Cuando estamos combatiendo a la mundanalidad no damos nada por sentado sino que consultamos con Dios, somos sabios cuando podemos orientar nuestras vidas con lo que dice la Biblia.

El mundo combate contra nuestra vida espiritual, debemos vivir en este mundo de forma muy sabia, aprovechándolo todo conscientes de que estamos al lado de Dios y Él espera una conducta y una decisión específica para nuestras vidas.

Puede ver el video de este mensaje en Mundanidad y mundanalidad oculta.

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