Nunca pensaríamos que contar gente pudiera revelar tantas cosas, aún sobre derechos de las mujeres…
38 años atrás, cuando habían salido de Egipto, Dios había ordenado hacer un censo. Ahora ordena que se realice nuevamente un censo. Esta vez Dios quiere que el pueblo sea consciente de quiénes son los que se preparan para entrar a la Tierra Prometida.
Tomad el censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años arriba, por las casas de sus padres, todos los que pueden salir a la guerra en Israel. Números 26:2
Nuevamente, los censados son los que pueden ir a la guerra.
Pero el censo revelará otras cosas más.
1-La cantidad de israelitas ha disminuido. Son menos los que están por entrar a la Tierra Prometida que los que salieron de Egipto. 38 años después la población disminuyó.
Recordemos que la proyección demográfica de una nación de la que no emigran habitantes, es de casi duplicarse en 40 años. Bueno, Israel no se duplicó. Ni siquiera creció. En 40 años la población decreció.
Y entre éstos ninguno hubo de los contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí. Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun. Números 26:64-65
La disminución se debió a que de aquellos sólo sobrevivían Josué y Caleb y algunos de la tribu de Leví.
2-Siempre decimos que sólo Josué y Caleb entraron a la Tierra Prometida y eso no es exactamente así. De las tribus que fueron como espías, sólo Josué y Caleb entraron, la tribu de Leví no envió espías por eso, por lo menos dos levitas son mencionados dentro de los que entran en la Tierra Prometida.
Esto, pues, es lo que los hijos de Israel tomaron por heredad en la tierra de Canaán, lo cual les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel. Josué 14:1
Y enviaron los hijos de Israel a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés en tierra de Galaad, a Finees hijo del sacerdote Eleazar, Josué 22:13
Eleazar era el tercer hijo de Aarón, Finees era su nieto. Desde que se instituye el servicio de los levitas, Eleazar está en el ministerio, por lo tanto era mayor de 20 años cuando el pecado de los diez espías, no podemos precisar cuántos años tenía su hijo Finees en ese entonces, pero en Números ya lo encontramos ejerciendo el sacerdocio.
Esta es la nueva generación, la que heredará la Tierra Prometida.
Vinieron las hijas de Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés hijo de José, los nombres de las cuales eran Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa; y se presentaron delante de Moisés y delante del sacerdote Eleazar, y delante de los príncipes y de toda la congregación, a la puerta del tabernáculo de reunión, y dijeron: Nuestro padre murió en el desierto; y él no estuvo en la compañía de los que se juntaron contra Jehová en el grupo de Coré, sino que en su propio pecado murió, y no tuvo hijos. ¿Por qué será quitado el nombre de nuestro padre de entre su familia, por no haber tenido hijo? Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre. Números 27:1-4
3-Zelofehad murió en el desierto, sólo tuvo hijas mujeres. Y estas hijas eran mujeres emprendedoras por lo que van hasta Moisés a pedir que se les pase heredad a ellas.
Moisés no sabe qué hacer pero Dios no creó a la mujer para dejarnos olvidada y sin derechos.
Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre, y traspasarás la heredad de su padre a ellas. Números 27:6-7
Dios respalda los derechos de estas mujeres. Dios respalda tus derechos. No somos iguales a los hombres, no es igualdad lo que debes buscar, es tu lugar como mujer, tus derechos como mujer y tus responsabilidades como mujer son las que debes desempeñar.
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